viernes, 1 de septiembre de 2023

 


Como caracoles…

 

…y le dije: Acompáñame.

Caminamos descalzos por la arena.  El mar era un infinito  espacio ante nosotros, un abanico de estrellas envolvía nuestro cielo y un abismo los silencios.

Abrigo mis hombros con su saco.

Y lo vi… calmo, sereno…seguro de lo que iba a decir…

La arena se filtraba fría entre los dedos de los pies mientras algún resto de caracoles rotos se clavaban en nuestra piel.

Y en silencio, con la compañía del sonido calmo de las olas que se acunaban en la playa caprichosa caminamos sin mirarnos.

Cada una de las pisadas era como los caracoles… ellos, dejaron su caparazón devastado y solo en la arena… en nosotros, aquí quedaba el amor que una vez tuvo vida, ilusiones, proyectos…

No hubo palabras … no fueron necesarias …

Una fresca brisa sacudió el abrigo. Sabía que nada volvería a ser lo que fue.

Me acompaño a la escalinata de mi casa y, sin mirarme, marcho sobre sus pasos siguiendo sobre si las pisadas que ya se iba llevando el agua…