lunes, 29 de abril de 2013

UN RAMITO DE JAZMINES

Cae la tarde. El cielo es una pincelada de colores pasteles difusos en lo inmenso de su grandeza. Parece el dibujo de un momento cualquiera de un gris otoño que alguien ha plasmado en un lienzo un día de esos melancólicos, donde la tranquilidad monótona y rutinaria de los pueblos se adueña de la vida de cada uno de los habitantes.
El crujir de las hojas secas bajo los  pies de Sara, da la rara sensación de estar lastimando a alguien y a la vez esa agradable mezcla de desahogo por destruir algo que sabemos no sucederá, nada más que unas pequeñas porciones de hojas secas que volará el viento y nadie juzgará por eso...
Soy yo, Sara, la mujer misteriosa, la que nadie sabe nada de mi vida, la que trabaja y deja pasar la vida.... camino, me dejo llevar....
Mis pasos oyen el crujir lento y uno tras otro van avanzando llevados sin rumbo uno por el otro o tal vez el instinto... caminando con un ramo de jazmines entre mis manos y el aire casi helado soplándome la nuca. Camino y miro a mi alrededor sabiendo que me observan sin importarme y sin que sepan que escondo entre mis manos, el recuerdo de un gran dolor. Nadie puede entrar en mi corazón y descubrir por dentro el secreto. Nadie sabe a donde me dirigen mis pasos cada vez que cruzo esa placita entre el aroma a pasto verde cortado y cruce de palomas. Nadie sabe a donde voy cada vez que llevo ese ramito de jazmines con tanto amor entre mis manos... Nadie puede, porque nadie pregunta, saber que escondo tan dentro de mi alma porque si alguien lo hiciera simplemente desnudaría ese alma dormida, la dejaría libre y podría decir que entre mis manos llevo el recuerdo y el perfume de un hermoso amor y que mis pasos me guían sin ninguna duda hacia el pasado que quedó entre las frías paredes de un descanso eterno y que mi corazón nunca dejó partir o nunca se resignó a su pérdida.
Por eso, con ese ramito de jazmines voy a su encuentro casi diario para traerme el aroma de la última vez que perfumó mi vida.
Un ramito de jazmines, entre mis manos, para alguien que ya no huele su fragancia.
Un ramito de jazmines para su recuerdo...
                                                                             Lucy Derechos Reservados©

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